Notas sobre la Resistencia en Francia

 

En la introducción al diario, escrito en 1955 por Giuliano Pajetta, comunista turinés, miembro de una familia que cuenta con políticos prominentes en la historia de la República italiana, se lee un pasaje que bien puede enmarcar y servir de premisa a las escasas notas con las cuales se introduce aquí, el tema de la participación de los voluntarios toscanos, en la Resistencia francesa.


Puede sorprender el hecho que, habiendo yo tenido la suerte de vivir una vida muy ajetreada y de participar a eventos importantes y, a menudo excepcionales, haya elegido como tema para estas notas, un período aparentemente gris como éste del 41-42, con su ilegalidad mezquina, hambrienta, provincial, caracterizado por un trabajo minucioso, duro y discreto. Lo he hecho porque creo que muchos italianos, sobre todo entre los jóvenes, tengan interés, más aún en tiempos como éstos, a saber cómo y dónde nostros, antifascistas comunistas, nos hemos formado. Es más fácil recordar e incluso imitar el gesto heroico y no el trabajo duro, pesado, con posibilidades lejanas y con sacrificios cercanos.
Me ha empujado a hablar justamente de éste período otro sentimento, el de la gratitud que todos nostros debemos tener por nuestros humildes y modestos compañeros emigrantes, que tanto han dado a nuestro partido…1


Contiene el inicio de una historia, compuesta de hechos y opiniones sobre el carácter de la época que siguió a la guerra de España, sobre el clima en el cual vivió quien, por elección o por complicadas situaciones biográficas, privadas o políticas, se había quedado en la Francia ocupada o, a menudo, en el territorio de la república de Vichy. Deja entrever aquello que algunas fuentes revelan sobre el trabajo “minucioso, duro y reservado”, sobre fragmentos de las vidas de “humildes y modestos compañeros emigrados”, en cuyo número estan comprendidos algunos de los voluntarios toscanos que hemos podido conocer a través de indicios dejados en archivos, memorias, o analizados en las páginas de los estudiosos.
Si las biografías individuales estan llenas de lagunas, al momento actual difíciles de colmar, tiene contornos bastante definidos el cuadro general sobre los italianos en Francia, antes del nacimientos de las Brigadas Internacionales y despuès de 1939. Se trata casi siempre de emigrantes, por lo más con ideas antifascistas: exiliados importantes perseguidos por el fascismo, antifascistas desconocidos fuera de su ambiente, desocupados empujados a la emigración por la pobreza. Seguidamente muchos se quedaron, más o menos por largo tiempo al inicio, a veces obligados a estar en los campos de internamento –como se cuenta en otros documentos-, a veces clandestinos en fuga solos, a veces en los maquis, junto a los franceses, o también junto a españoles y otros internacionales; en cada caso no buscando formar una comunidad nacional, mas encontrando formas alternativas, como era natural en un período tan caótico y peligroso pero lleno de esperanza, que estimularon solidariedades europeas.
Podemos sólo mencionar, y no tratar de modo completo en esta sede, el tema de la presencia en Francia, antes del ‘36, de los toscanos. Sugerimos para ésto, referirse a las sintéticas notas biográficas de la base de datos, actualizadas a la luz de las nuevas fuentes de las cuales nos hemos servido en la segunda fase de la investigación 2. Paralelamente se estan preparando los instrumentos para una posterior actualización/enriquecimiento, cuyo resultado será una publicación3 .
Los límites de espacio concedidos aquí, nos imponen prescindir de citaciones de estudios sobre el contexto en el cual se colocan eventos y situaciones personales, objeto particular de nuestra investigación: (antes de la guerra, la Francia de la “drôle de guerre” (falsa guerra) y de la “extraña derrota”,y a las cuales siguen la ocupación alemana y el nacimiento de la república de Vichy entre 1940 y 1944), cuando lo hacemos, es por las implicaciones que la especificidad de la situación francesa tiene en la naturaleza de la Reistencia de Oltre Alpe. Llaman la atención algunas singularidades de la Francia democrática antes de la la explosión de la segunda guerra mundial: la introducción de las normas necesarias a transformar en cuestión de orden público el ingreso de los veteranos de España, el adoptar represiones durísimas para quienes eran descubiertos, el elaborar un sistema de campos de concentración que haría, también en ese país, más fáciles las persecuciones y las deportaciones raciales. De igual manera llama la atención la conversión a un colaboracionismo subordinado al momentáneo vencedor de la guerra, que produjo el organismo estatal guiado por el Mariscal Pétain.
Son éstas algunas condiciones del contexto, que inciden en las formas de salida de los campos para los ex internos, y determinan el clima en el cual deben vivir los ex voluntarios que no quieren o pueden regresar a su patria. En los llamados que Pétain dirigió a los franceses a partir de junio de 1940, estan contenidos los conceptos y las líneas de una acción política que inspiraron el inicio de la Resistencia, y anunciaron una pugna con el fronte antifascista que duraría cuatro años. Leemos argumentos parecidos a aquellos usados por el fascismo en Italia, que evocan “la conspiración internacional” entre socialismo y capitalismo, una “alianza tenebrosa”, contra la cual el gobierno de Vichy, prepara una durísima reacción: (“Nosotros suprimiremos los disensos en la ciudad. Nosotros no los admitiremos al interior de las fábricas y de las granjas”)4. Nació una Resistencia que se desarrolló y se difundió ampliamente durante el largo tiempo de la guerra, creando una red de informaciones militares en las montañas y fuera de las ciudades, y la organización sistemática de sabotajes y acciones de oposición en los centros urbanos. La composición de los maquis era, evidentemente, francesa, pero con exiliados italianos, internacionales veteranos de España, españoles, éstos últimos divididos entre desesperación y esperanza que la guerra, y la hipótesis de una derrota del frente nacionalsocialista, alimentaba. Un antifranquista casi desconocido en aquél tiempo, escribía en 1946, con el pseudónimo de Juan Hermanos, un pequeño libro que fue publicado cuatro años después en Francia. Así describía los estados de ánimo del último año de la guerra en ese país:


A pesar de que queríamos conservar la ecuanimidad, estábamos paralizados […]. Los falangista levantaban la cabeza y leían con avidez sus periódicos recorriéndolos con gritos de triunfo. Finalmente los alemanes fueron contenidos de nuevo y el país respiró. La liberación estaba más cerca que nunca. El maquis republicano estaba concentrado en la frontera. Habría bastado una sola señal de los Aliados. ¿Cómo creer que no iban a hacerlo? En aquel momento, para derrocar a Franco sin revolución, haciéndosela pagar, bastaba reconocer el gobierno en exilio […]. Pero los Aliados se hicieron los sordos. Sin embargo en Dunquerque y Arras los republicanos españoles, inscritos en el ejèrcito francés, se hicieron masacrar en la retaguardia para salvar lo salvable y para no sobrevivir a una segunda derrota. Republicanos españoles han costituído centros de la Resistencia en Francia. Ellos han asumido la responsabilidad de enseñar a luchar a muchos partisanos. La táctica de las bandas móviles, consiste en el agrupar las ametralladoras delante y en el centro del grupo, con el apoyo de exploradores móviles a los lados, ha sido ideada por nuestros hombres y por nuestros guerrilleros y transmitida por nuestros voluntarios al maquis francés. Quién podía imaginar que luego nos habrían abandonado? Debían ayudarnos, aunque fuera solamente por solidaridad democrática5.


Leemos aquí no sólo el estado de ánimo de un joven intelectual antifranquista de Madrid, después de la victoria de los falangistas, pero ésto basta para comprender lo que está en juego en Europa, las solidaridades internacionales, que hicieron de la Resistencia en Francia un momento de síntesis de las aspiraciones y anhelos militares y civiles de antifascistas de diversa provenienza nacional y política, el intercambio de experiencias y enseñanzas tácticas y estratégicas. Contribuyó a hacerlo útil para los españoles, el cálculo político que impidió a los Aliados aquella “solidaridad democrática” de la cual nuestro autor habla, agregándose a un factor que había tenido y continuaba, aunque si en menor medida, teniendo un peso: la desconfianza recíproca entre las agrupaciones políticas, idealmente extraña a los intelectuales, pero presente en el liderazgo político, sobre todo en las componentes comunistas, que tenían como punto de referencia la Tercera Internacional y las anteriores.
La más importante contribución de conocimiento, relativo a los italianos en la Resistencia francesa, viene de una rica serie de ensayos, fruto del trabajo de un equipo internacional, bajo la dirección científica de Denis Pechanski y Pierre Milza.6 El interés para nosotros de este concentrado cuerpo de estudios e investigaciones, está en el conjunto de trabajos que, yendo más allá de la periodización declarada, ilumina también sobre la primera emigración italiana, base sobre la cual crece aquel sistema de relaciones, que tendrá salida en el compromiso con la resistencia. Sea la componente comunista que aquella republicana y socialista, sea Justicia y Libertad junto a éstas organizaciones no exatamente partidistas, como la LIDU (Liga internacional de los Derechos del Hombre), en 1939 habían ya tenido experiencia en la organización de actividades clandestinas, en el establecer relaciones que les posibilitaran ser parte de la oposición a Vichy. Entre los ensayos, todos de especial interés para una investigación sobre nuestros temas, (y también para el estudio conjunto de exilio y migración italiana y española), baste mencionar la cantidad de datos sobre la migración italiana en Francia, sobre las permanencias y los desplazamientos de Temine y Rapone, la minuciosa investigación sobre republicanos y miembros del GL de Elisa Signori, que recupera de documentos de policía italianos y del fondo de la Comisión italiana de Armisticio con Francia, actas y expedientes que prueban las maniobras italianas para hacer retornar a los “subersivos peligrosos”7, entre los cuales el máximo peligro era representado por los Brigadistas, como demuestran los arrestos y los internamientos, no apenas pasada la frontera de los Pirineos.
Específicamente dedicado a la Resistencia es el amplio ensayo de Gianni Perona, que evidencia la enorme dificultad de un tema complejo, que no puede ser tratado sin una relación entre el empeño político-militar precoz en Francia y el paso a la Resistencia italiana. Citando estudios importantes, de Paolo Spriano a Pietro Secchia y otros, lamenta cuanto reducido haya sido, a menudo, el estudio de la “prehistoria trans-alpina de la Resistencia […] a una serie de itinerarios biográficos individuales”8. Un capítulo es dedicado a “investigaciones por hacer”.9 Sobre la relación entre Guerra de España y Resistencia en Francia, y luego proyección hacia el futuro del empeño de los antifascistas italianos, el histórico italiano escribe que «es posible que la participación en la Resistencia haya acelerado la integración, mas el contrario es muy probable, es decir, que los emigrantes provenientes de España han podido participar en la Resistencia francesa porque estaban ya integrados».10 La riqueza de las referencias biográficas, contenidas en este ensayo, es la prueba de un vasto panorama de investigaciones, principalmente francesas y piamontesas, sobre casos individuales, grupos, realidades regionales, que cubren el amplio arco cronológico que va de la primera emigración, a la guerra de España, a la Resistencia. Un ejemplo: el trabajo, siempre del escritor Perona, sobre los antifascistas de Valle de Aosta y Piamonte en la guerra de España que documenta como, de doscientos setenta combatientes en tierra ibèrica, provenientes de éstas dos regiones, ochenta eran residentes en Francia antes de 1936.11 No es la sede, ésta, para citaciones analíticas, mas sólo para reflexionar sobre la oportunidad de continuar a sumar investigaciones regionales, segmentos individuales. En el conjunto, entonces, aquello que puede ser el objetivo de una investigación regional, como aquella sobre los toscanos, es agregar datos y elementos, que vayan más allá de los episodios para contribuir a una lectura sistemática, a la integración entre diferentes ámbitos de la investigación. El punto de llegada hoy, de este trabajo, testimonia la extrema complejidad de los argumentos, la dificultad de llegar a componer una interpretación de estos eventos. Por cuanto amplio, el número de las fuentes que han sido examinadas es insuficiente, muchas otras será necesario consultarlas en Italia, en Francia y en otros lugares. Donde, como en este caso, no sea consentido poner rígidos límites espacio-temporales, no puede bastar un tiempo tan corto, como aquel que hemos tenido a disposición. Motivo por el cual, lo que proponemos aqui no va más allá de los límites, para decir con Perona, de “itinerarios biográficos individuales”, con informaciones por demás insuficientes, no siendo los nuestros, personajes de primer plano. El trabajo sobre este sub-tema es, entonces, apenas al inicio.
De acuerdo a las fuentes de que disponemos, los toscanos voluntarios en la guerra de España, que militaron después en las filas de la Resistencia francesa, fueron treinta y ocho. Sobre otros dos, el comunista Arturo Lelli y el anarquista Gusmano Mariani, las noticias son contradictorias.
De dieciocho de ellos la única información que tenemos es la participación a la Resistencia en Francia sin más especificación geográfica. Son los comunistas Ermindo Andreoli, Duilio Baldini , Alfredo Monsignori , Giuseppe Cavazzoni (oficia de enlace en las FFI) , Lelio Giannini , Urbano Lorenzini, Mario Mariani, Alfredo Mordini , Giovanni Papini, Toscano Pazzagli , Egidio Seghi y Alfredo Boschi , los anárquicos Aldo Demi , Mario Mantechi, Enzo Luigi Ferruccio Fantozzi, Umberto Marzocchi (Vice Comandante de una unidad) y Alfredo Mecatti, los antifascistas Anilo Corsi y Guglielmo Ferrari. Sabemos que se empeñaron, respectivamente en el norte y en el sur de Francia, el republicano Etrusco Benci y el comunista Giovanni Frati Battista.
Fueron activos en cambio, en París, el comunista Ideale Guelfi, el anarquista Settimio Guerrieri y el popular Ottorino Orlandini.
Ilio Barontini desempeñó un papel esencialmente importante en la Resistencia en Marsella donde estuvo entre los organizadores, con el nombre de batalla de Job?, de los primeros grupos de FTP como instructor técnico-militar. En el estudio citado anteriormente sobre la Resistencia en Italia, Perona describe así el rol desempeñado por Barontini, junto a Alighiero Bonciani, en la capital de la región Alpes de Provenza Costa Azul: «Ilio Barontini “Job” y Alighiero Bonciani “André Nano” dirigen los hombres que formaron el destacamento “Marat”, los preparan a la acción durante el verano e inician acciones espectaculares en la ciudad al inicio de la ocupación, en noviembre. En Tolone, Marsella y tal vez Grenoble estan sobre todo italianos que ejecutan el modelo marsellés. Es significativo que Barontini, el principal organizador FTP-MOI marsellés, sea promovido a responsable político. La historiografía del Pci y de la Resistencia italiana considera ésta acción come la matriz de la cual nacerá y se realizará [la lucha] en Italia, bajo la dirección, además, de los mismos hombres que fueron luego los responsables de los Grupos de acción patriótica o de unidades garibaldinas».12 En Marsella militó en las filas partisanas también el anarquista Stefano Romiti.
Un rol importante lo desempeñó también el comunista Nello Boscagli , responsable del sector militar de los Alpes Marítimos, donde fue activo igualmente su compañero de partido Angelo Grassi.
El socialista Francesco Fausto Nitti operó en el Ftp de la red Bertaux de Tolosa, donde estaba presente también el anarquista Giuseppe Bixio Tosi Muzio. Aquí fue activo además, el comunista Siro Rosi antes de ir a Lione y ser nombrado Capitán en Niza y Saint-Etienne (donde además perdió un ojo durante una acción) con el nombre de batalla de Juan Medinas. En Saint-Etienne militó también el anarquista Egisto Serni conocido como Gino.
Otro anarquista, Socrate Franchi, operó en el Departamento Bouche du Rhone, mientras el comunista Mario Azzimi en Córsega, el socialista Renato Balestri en Agen (red Kléber), Giovanni Dupuy en Grenoble, Gino Giannoni y el anarquista Elio Panichi en Arles.
El único, según los datos que poseemos, a perder la vida en Francia, durante una acción militar en la lucha contra el nacionalsocialismo, fue Ugo Natali, muerto en la liberación de Brives (Haute Loire). Diversas las circunstancias de la muerte de Angelo Grassi. Vale la pena detenerse más largamente en su historia personal, un holograma de la transición que actuaron un cierto número de toscanos, al interior de un gran número de italianos: de la emigración, a la guerra de España, de allí a los campos y, finalmente, al trágico éxito.
Angelo Grassi salió de Italia como emigrado “regular”, junto a otros miembros de su familia, en julio de 1926. Desde 1932 asume oficialmente la calificación de antifascista, como resulta de la inscripción en los registros de la frontera. Sus movimientos, en diferentes zonas de la misma región, los Alpes Marítimos, deben ser interpretados en relación a su actividad política, a la luz del compromiso con la causa que le es atribuído por las fuentes, en el UPI y en la CGT. En 1937 es garibaldino en España, señalado en acciones importantes, también en el Ebro, según algunas fuentes que consideramos confiables, pero ésto no aparece en su ficha de internado en el campo del Vernet, donde llega después de haber peregrinado por algunos otros campos. Lo ubican en el ilôt de los comunistas; el gobierno de Vichy lo priva rápidamente de la ciudadanía francesa, obtenida en 1940. Desde 1942, reconquista la libertad, inicia su actividad en el maquis, con el rol de animador de las primeras formaciones. Muere en julio de 1944, cuando la derrota nacionalsocialista en Francia es segura, un mes después del desembarco en Normandía. No muere en combate, sino como resultado de las torturas recibidas de los nazis después de un arresto. Es ahorcado en un poste de luz en Niza, donde una placa recuerda este episodio. Una observación marginal, respecto a nuestros temas: un símbolo de memoria para una víctima como Grassi, en Niza, en un país que no es el suyo, es un hecho normale, en Francia, donde cada centro urbano, aunque sea pequeño, exhibe respeto por la memoria de asesinatos, masacres, deportaciones, como sucede en un país que ha asumido su pasado incluyendo las “zonas grises”, que evidencian también las propias responsabilidades. La barbarie de este asesinato es absolutamente análoga, en la forma, a aquello que manifiestan los tantos episodios italianos de acciones demostrativas de especial crueldad, realizadas, a veces por soldato comunes, pero coherentes con diseños estratégicos análogos. Las formas de la violenza extrema, en la Europa que vivió los inicios del proyecto nacionalsocialista de “nuevo orden europeo”, aunque en circunstancias diferentes, son parecidas. Figuras como aquélla de Angelo Grassi, hombres comunes, dejan ver un proceso de maduración de la conciencia ética y política importante, un inicio del proceso que es el preludio a las democracias de los países occidentales en la Europa de la post-guerra, y esboza un horizonte –sigue siendo así aún hoy, lamentablemente- de corresponsabilidad europea.

(Francesco Cecchetti e Luciana Rocchi)

 

Note:

  1. G. Pajetta, Douce France, Editori Riuniti, Roma, 1971, pp. 6-7.
  2. Cfr:, en este sitio, la sección Notas de método y fuentes, relativas al segundo proyecto, donde se informa de las nuevas exploraciones, bibliográficas y archivísticas. En esta sede, naturalmente, los archivos franceses han tenido una función determinante.
  3. Como anticipado en la sección De los proyectos a las investigaciones, está en proceso una tercera fase de investigaciones, consecuente a la aprobación del nuevo proyecto, que consistirá también en una publicación, que incluirá los éxitos del trabajo completo. Tema: La guerra civil española: escuela de antifascismo y de ciudadanía europea. Comunicar y difundir algunas memorias e historias ejemplares de brigadistas (Orden PRE/786/2010, de 24 de marzo, Ministerio de la Presidencia).
  4. (Le Maréchal Pétain, Appel et messages aux francais, juin 1940, mars 1941, opuscolo, Toulouse, s.d., p. 9).
  5. J. Hermanos, Spagna clandestina, Fetrinelli editore, Milano 1955, pp. 92-3.
  6. Cfr. Exils et migration. Italiens et Espagnols en France. 1938-1946, a cura di Pierre Milza e Denis Peschanski, Editions l’Harmattan, Parigi, 1994.
  7. E. Signori, Républicains et giellistes en France, Ivi, p 559.
  8. G. Perona, Les italiens dans la Résistence francaise, Ivi, p. 635.
  9. Idem, p. 645.
  10. Idem, p. 637.
  11. Ibidem.
  12. Exils et migration…, cit., p.656.